Empieza el mes de septiembre y con ello empieza la actividad tras el periodo vacacional que muchos somos quienes lo hemos estado disfrutando. Ese periodo de vacaciones que muchos aprovechamos para desconectar de todo, otros lo aprovechamos para además de relajarnos pensar y estructurar y llenarnos de propósitos. De hecho, durante este periodo suelen acumularse tantos objetivos nuevos como los que se hacen para año nuevo: aprender idiomas, dejar de fumar, hacer dienta, deporte…
Sin embargo todos estos proyectos sino se les pone una habitualidad y no hay esa fuerza de voluntad para continuar con ella. Fuerza de voluntad ese concepto que a muchos les suena, pocos lo entienden y nos ayuda, a veces, a abrir nuestros ojos a una realidad que para muchos les pasa desapercibida.
Como desapercibidas pasan otras tantas cosas que muchos desconocemos. En una película recientemente estrenada, decían que no existen las cosas desconocidas, sino lo parcialmente oculto y tengo que decir que hemos estado ciegos ante muchas cosas.
Recientemente vi y escuché la Ted Talk del Doctor Christopher Bell titulado Bring on the female superheroes. A parte de que se me ha convertido en una habitualidad el escuchar las TED Talks, curiosamente ésta me llamó la atención y vengo a resumir en la siguiente cuestión: ¿Os habéis planteado porqué cuesta tanto encontrar merchandising de las superheroinas? No daré más detalles y os invito a escucharla.
Para quienes nos gustan los comics seguramente podremos dar una lista de superheroinas pero encontrar merchandising sobre las mismas es harto complicado. Por ejemplo, es más fácil encontrar Superman que Supergirl y así como también pasa con Batman, sin entrar ya en otras superheroínas que para los ojos de algunos seguirán siendo desconocidas.
Esto nos lleva a la siguiente cuestión, ¿realmente existe y respeta el principio de igualdad?
No voy a hacer una alegoría absurda de la sexualidad de las palabras ni en entrar en debates de si patrimonio o matrimonio debería significar lo mismo, por cuanto que el significado de las palabras de nuestra lengua proviene del latín y no hace falta decir lo que había en aquella época. Tampoco voy a entrar en debates de hacer responsables a la sociedad de ahora de las atrocidades acometidas en la anterioridad. Creo que la historia nos ayuda a saber de dónde venimos y ha confeccionar un futuro mejor que eso que dejamos atrás, aunque ya sabemos que en ocasiones solemos tropezar dos veces (y más) con la misma piedra.
En la revista TIME del pasado 22 de Agosto de 2016 se reprodujeron las palabras de Barack Obama sobre ser feminista que decía:
“It is absolutely men’s responsibility to fight sexism too. And as spouses and partners and boyfriends, we need to work hard and be deliberate about creating truly equal relationships”
Traducido vendría a ser: Es absolutamente responsabilidad de los hombres luchar también contra el sexismo. Y como esposos, parejas y novios, nosotros tenemos que trabajar duro y reflexionar sobre crear unas verdaderas relaciones igualitarias.
Lo cual, ya de por si, viene a significar que este principio de igualdad no se está cumpliendo del todo. Cuantos son los casos que nos encontramos en que existe una situación de inferioridad para una persona, no ya solo por su tendencia sexual o por el color de su piel o por la religión que procesa, sino por ser mujer.
Podemos entender que tenemos algunas diferencias fisiológicas, pero a pesar de ellos somos completamente iguales. El artículo 14 de la Constitución Española procesa que ”Los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social”.
Si sobrepasamos nuestras fronteras tenemos regulaciones de la ONU encabezada por la Declaración Universal de Derechos Humanos, el Convenio número 100 y 111 de la OIT, la Decisión número 633 de la OSCE, o la normativa de los países de nuestro entorno, así como la jurisprudencia de nuestros tribunales. No detallaré todas ellas, pero que podemos verlas aquí.
Todo este abanico legislativo puede no ser efectivo si realmente no tenemos ese plus, esa fuerza de voluntad. Pero esa fuerza de voluntad no se traduce en la creación de personajes como Supergirl o Batwoman, sino en dotar esa relevancia a personajes autóctonos femeninos como Catwoman, WonderWoman o Harley Queen.
Son éstas últimas y no las anteriores, las que aportan ese valor a la sociedad que se nos escapa, no por querer o simular ser iguales o ser idéntico o ser como otro, va a implicar dotar de ese valor único, con justificación o sin justificación, ese ideal que debe representar ese dogma por encima de poder cambiar un artículo o un sufijo una determinada palabra, y es que por principio de igualdad debemos entender el mismo trato a personas desiguales pero dentro de un ámbito solitario o de una comunidad debe tener un tratamiento completamente igual.
En otras palabras, pese a la existencia de esa igualdad mediante la cual intentamos idealizar y crear homónimos, no debemos silenciar ya sea directa o indirectamente aquellas lideresas que aparecen frente a nosotros y de quienes nos deberíamos estar tan orgullosos como si de un líder se tratase, porque todo suma, todo aporta y nos dota de una multiculturalidad y de una riqueza que hasta ahora no hemos sabido verla.